En los salones de clase se pide silencio incesantemente porque se
piensa que solo entonces los estudiantes están escuchando, porque
hacer silencio es cosa de orden, de niños atentos y dóciles.
En los hospitales la foto de la enfermera nos recuerda que debemos
cuidarnos de no hacer ruido para no molestar, el silencio debe
reinar. En los velorios y servicios religiosos el silencio es señal
de recogimiento y respeto.
Dicen que el que calla otorga, que si no contestás una pregunta
cuando alguien te habla sos un mal educado, y que los enamorados se
entienden con solo mirarse.
Cuando le pregunté a Matías si vivía con su madre apenas me miró,
se encogió de hombros y no me dijo nada; duda, vergüenza, tristeza,
nunca indiferencia.
Cuando subieron a robar al ómnibus no pude hablar, y cuando en una
discusión ofendieron mi orgullo no pude más que callar para evitar
devolver la gentileza.
Desde hace 20 años en Uruguay se marcha en silencio como forma de
protesta, y hace más de 20 años que quienes saben el paradero de
los desaparecidos callan invariablemente.
En las familias hay temas tabú, historias que no se cuentan o se
dicen a medias. Hay miradas, gestos, ausencias que muy a su pesar
evidencian lo que intentan ocultar. La redundancia y la repetición
son maneras de tapar todo lo demás; hablar siempre de lo mismo nos
queda cómodo y es seguro, pero evita que hablemos de lo molesto y
urticante.
A veces es miedo lo que paraliza la voz, otras es cobardía y rencor
lo que nos hace callar. El silencio es cómplice de la indiferencia y
la discriminación, la injusticia se hace visible cuando nadie se
pronuncia sobre el sufrimiento del prójimo.
Cuántas cosas se esconden o se anuncian detrás del silencio, más
bien convendría no enjuiciarlo a la ligera sino más bien andar con
los oídos atentos y el corazón abierto. Tal vez así nos
evitaríamos el inmenso error de creer que siempre es preferible al
ruido, la voz, el grito o el llanto. La clave está en la
oportunidad, es decir en lo oportuno o inoportuno que el silencio o
el grito puedan resultar en un momento, en una discusión, en una
revolución o en un festejo.