Es una metáfora
conocida y a cada uno le significa distinto, la completa con aquello
que le resulta arriesgado, difícil de encarar porque trae
incertidumbre y dudas. Pero al mismo tiempo es aquello que te mueve,
lo visceral, lo que atraviesa tu ser una y otra vez a pesar de que la
cabeza no encuentra razones para hacerlo.
En mi caso, una vez
fue dejar los trabajos que tenía. Pero no estoy hablando de la
típica historia, aunque no por eso menos válida, de “me harté de
la oficina y la rutina, yo siempre quise ser artista y a eso me voy a
dedicar”. Y de buenas a primeras el tipo largó todo y se puso a
hacer cursos de cerámica, danza contemporánea y clown. No, por
suerte para mi tenía trabajos que me gustaban, que los había
elegido y que estaban bastante relacionados con mi formación,
profesión y vocación (a no confundir que son tres cosas distintas).
Después de amasar
la idea en mi cabeza, pasarla por el corazón y sentirla en las
entrañas, resultó que no había otro camino posible para mi que
soltar lo que tenía y seguir adelante con otras cosas. El tema era
qué otras cosas. Porque lo que nadie dice de saltar al vacío es que
una vez que tomás la decisión, tomás impulso, encontrás tu
acantilado y saltás... después hay que seguir con algo. El tiempo
en que uno está en el aire a veces son segundos, pero otras son
días, semanas, meses... y la cabeza empieza a preguntar cuándo y
dónde vamos a aterrizar. Y el corazón de a ratos se acelera por el
vértigo y de a ratos se calma; y el ser empieza a mirar a los
costados buscando respuestas, después te mira a la cara y cuando
querés acordar te estás mirando vos mismo. ¿Y qué? ¿Cómo
seguís? ¿Mientras tanto qué? ¿Cuál es el plan?
Yo no tenía un
plan. Sabía, sentía que algo tenía que hacer distinto para
conseguir resultados distintos; es lógico. Pero no sabía qué; no
sé qué, todavía no lo sé. Entonces empecé a buscar, mi
naturaleza no me permite estar quieta. A veces buscaba afuera, en
personas, en lugares, en libros, en Yahoo
respuestas (nunca se sabe). Otras veces buscaba adentro de mi, a
veces me movía (literalmente), otras necesitaba quedarme quieta,
totalmente, por horas (literalmente).
Básicamente lo que
necesitaba era encontrar la manera de trabajar siendo yo, la
dificultad es que eso no existe. Es decir, podría existir, no es
imposible, pero no existe. Entonces me di cuenta que lo tengo que
inventar. La creatividad estuvo remolona este tiempo, la
concentración me fue infiel y la paciencia muchas veces fue hackeada
por mi ansiedad. De a poco, con algunas claves descubiertas en este
tiempo y alguna experiencia de vida en el bolsillo, se me ocurrió
una opción que no me desagradó. Eso ya es algo.
¿Y si me tomo el
tiempo de contarle a la gente lo que puedo hacer? ¿Y si les cuento
para qué sirve eso que estudié? ¿Y si les comparto lo lindo que es
ser comunicadora, educadora, animadora, y cuánto se puede aprender?
¿Y si les cuento cuál es mi vocación?
Así que allá voy,
a saltar al vacío, poniendo en palabras y compartiendo con quien
quiera leer, lo que aprendo, reflexiono y hago.
Y que cada uno y
cada una tome de esto lo que le sirva, lo que le inspire, lo que le
haga pensar, enojarse o reírse. Para mi todo eso es bienvenido.
No hace poco conozco a esta chica, desde pequeña fue muy especial en su forma de pensar, de reflexionar de criticar, etc... Se ha transformado en una mujer por supuesto q muy especial, muy trabajadora muy apasionada por lo q hace! No hace poco la queremos como si fuera parte de nuestra familia! Es muy lindo leerte Camilita y muy enriquecedor compartir experiencias!!! Besito Gaby
ResponderEliminarSe necesita valor para saltar al vacío; pero es rara la vez que, después de haber reflexionado y dado el salto, uno no se encuentre mejor de como estaba antes. Disfruta del vértigo y del aprendizaje!
ResponderEliminarEsperamos todo eso... Salú
ResponderEliminarBienvenidos los saltos Camila, gracias por hacerme participe...
ResponderEliminarSuerte en esta nueva etapa! gracias compartir tus pensamientos
ResponderEliminarHola Camila! Leyendo tus palabras sentí que me habías leído el pensamiento. Yo tengo las mismas aptitudes e inquietudes y yo también he saltado al vacío, no una sino unas cuantas veces. Yo tampoco encuentro mi pista de aterrizaje porque no veo ningún trabajo en el que yo me reconozca. De momento estoy planeando y esperando. Espero leer más, a ver si eres tú la que me inspira! Besos saltadora!
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