viernes, 15 de julio de 2016

Primer acto

Primer acto

Se sube el telón.

Persona 1: entra, saluda, se sienta y cuenta. Fantasea, se entrevera, confunde, me confunde, miente, nombra personas, ministros, políticos. Pregunta, habla, no escucha, no entiende, no tiene para comer. Pide ayuda, me mira, no tengo ayuda. Se va.

Persona 2: entra, saluda, se sienta, llora. Relata, me explica, se justifica y lo justifica, por él, por ella, por los niños. No es la primera vez que pasa, hace años que sucede, pero esta va a ser la última; o una de las últimas. O una más entre muchas otras. Llora, me mira, se angustia, me pide ayuda, sabe mejor que yo lo que tiene que hacer, pero no sabe cómo. No quiere. Lo quiere, por los gurises, porque sea la última vez. ¿Y después? Se va.

Persona 3: entra, saluda, se sienta, no sabe lo que quiere. Apenas puede hablar, apenas sí sabe. Escucho, pregunto, interpreto, no entiendo, me confunde. Intenta, se ríe de nervios, le da vergüenza, no sabe leer. Una vez fue a la escuela, se acuerda que iba con la hermana, pero de eso hace ya mucho tiempo, ahora no tiene trabajo. Tiene cuatro niños, el mayor pasó al liceo pero no lo puede ayudar. Me pide ayuda para comunicarse por teléfono porque cuando habló con el empleado de la oficina pública no entendió lo que le dijo. 

Persona 4: entra, no saluda, se queda de pie, está nervioso. Mira para todos lados, busca algo con la mirada, me estudia y empieza a hablar. Pide información, sensilla, común, pero él no es común, la información no es para él. Le explico, le pregunto, se distrae, me pongo nerviosa, me asusta. Intento que se vaya rápido. Se va.

Persona 5: entran, son tres, una es apenas bebé. No saben dónde están, no saben a dónde fueron, ni con quién hablan, pero ahí están. Nervios, vergüenza, piden ayuda: no tienen a dónde ir. Las veo, las escucho, son muy jóvenes, me asombran. Pregunto, me cuentan más, voy entendiendo, me preocupan. Lloran. Son frágiles, las veo, y soy frágil. Me aguanto, pienso qué hay para hacer, qué puedo decir, qué oportunidades hay. Casi nada. Se van.

Ahí me quedo, respiro hondo y espero a la persona 6.