Cuando te cae la ficha ya no hay vuelta atrás. Cayó y cayó para siempre. Pero además es imposible ignorarla, no podés mirar para otro lado y hacerte el distraído.
La ficha es poderosa y te ilumina una situación, una relación, una verdad. De repente todo tiene sentido y hasta se te dibuja una sonrisa en la cara. "¡Claro!" decís, "¿Cómo no me di cuenta antes?!" La cebecita ató cabos y ya no se pueden desatar.
La ficha es poderosa y te ilumina una situación, una relación, una verdad. De repente todo tiene sentido y hasta se te dibuja una sonrisa en la cara. "¡Claro!" decís, "¿Cómo no me di cuenta antes?!" La cebecita ató cabos y ya no se pueden desatar.
En ese momento de comprensión podés estar seguro que nunca más vas a volver a donde estabas ni vas a repetir lo que hasta ese momento hacías sin discusión. Cuando te llega ese momento es porque aprendiste una lección muy valiosa para vos y creciste un poquito, o muchito, depende.
Pero cuando la ficha no cae, cuando ese darse cuenta tarda en llegar... ahí es distitno. Pueden haber diferentes grados entre la ignorancia total hasta el "lo sé pero no sé cómo", y en cualquiera de esos estados seguramente te vuelvas a equivocar en lo mismo, tomes las mismas decisiones equivocadas, te enojes y llores por las mismas penas. Y sabés que este lugar es muy parecido al del mes pasado cuando te enojaste por lo mismo; y sabés que estás haciendo la misma burrada, respondiendo de la misma manera, lo sabés muy bien. Todos lo sabemos. Pero sin embargo, ahí estás, como un perejil, con la figurita repetida en la mano, enojado contigo y sin saber cómo soltarla para agarrar una distinta y nueva.
La buena noticia es que hay opciones. La mala es que seguramente necesites más paciencia de la que crees. La opción es no mirar para otro lado cuando lo repetido vuelve, no aceptarlo como inevitable, poder imaginar escenarios distintos que al pensarlos los sientas liviano. No hay por qué conformarse, ni condenarse, hay que rebelarse. La paciencia la vas a necesitar contigo mismo/a para no machacarte los dedos cuando vuelvas a cometer el mismo error. Porque resulta que puede llevar su tiempo, mucho o poco depende de cada uno, pero tarde o temprano la ficha cae, y en ese momento todo cobra sentido.